sábado, 20 de diciembre de 2014

   Tired with all these, from these would I be gone,
Save that to die, I leave my love alone.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Pues sí que pasa el tiempo, sí. Cuatro años tiene este humilde blog. Aunque me dé vergüenza ajena (y estando en posición de borrar el pasado), esas horrorosas entradas quedarán clavadas en el tiempo. A veces a uno le agrada verse crecer, y darse cuenta de cuanto le queda aún por recorrer.

Nada nuevo, todo sigue bastante igual. Inicio de la recta final a mi educación pre-universitaria, con un estresante trasfondo (esta vez sí) de aspiraciones. Ambiente corrosivo (mala elección, pero acaso hay algo substancialmente mejor?) y todo menos académico (nótese, académico en el más bello sentido de la palabra, déjese de sucedáneos).

No veo suficiente cine, escucho poca música y leo aún menos libros. Malo para la salud, sin duda alguna.

Francés (conseguir fluidez y cuerpo lingüístico), ruso y hebreo son proyectos relativamente contemporáneos, y algún dialecto árabe para el futuro (muy futuro?). Parecen las extravagancias del pardillo pseudo-intelectual, pero me gusta creer que el secreto de la felicidad se encuentra en la conciliación del recorrido y obra de la humanidad en general. Y pues, las lenguas son una buena llave para la puerta del camino. Tácheme pues, de humanista incurable.

El piano va bien. Bach sigue siendo mi pilar fundamental (eterno e inmutable), pero poco a poco me voy abriendo a los nuevos tiempos, que anuncian sentimientos nacionales y tonalidades ambiguas.

Qué bonito es todo y qué bien vivo, al fin y al cabo.